lunes, 8 de noviembre de 2010

Adiós

Abierto su cuerpo de par en par, el alma celeste se despega de su ruta de casi cien años para comenzar una nueva. El ciclo termina, se renueva, la memoria perdura y se reinventa cuando se cuenta su historia. Que el alma se vaya con besos, que el cuerpo se quede en la tierra y las manos cosechen nuevas frutas que brinde la tierra renovada. La luz se ha ido, se ha ido la invención de nuevos relatos, queda el amor que nunca parte y los años compartidos con todo lo bueno y lo malo. Queda la belleza.
De tantas cosas que la propia vida se lleva, se inventa el propio porvenir. Inevitablemente mirando al futuro, nuestra proyección es la única capaz de significarnos como el segundo en que logramos respirar. Es sólo un segundo. Somos, y nada más. Dejamos de ser y se juntan las manos en el adiós.
Namaste!

2 comentarios:

  1. Bella! que lindo texto..

    amor infinito el que siento yo.. abrazos a los 2 =)

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  2. toda la razón.
    Simplemente namaste. Un abrazo enorme para este fantasma.

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