lunes, 6 de mayo de 2013

Siete de mayo de dos mil trece.

He leído El abismo y simplemente no le puedo encontrar el alma, porque yo no puedo encontrar mi alma. Ha pasado mucho tiempo, me he dejado estar y simplemente ya casi no encuentro razones para intentar conseguir la estupidez de una publicación, del reconocimiento público, del orgullo y las ganas de seguir creando. Si miro hacia atrás, tampoco logro acordarme cuándo cambió todo esto, cuándo dejé de ser creativa, cuándo me convertí en un hombre, cómo me alejé tanto de mi sensibilidad, cómo dejé de crear imágenes estúpidamente oníricas, con esa potencia que para mí significaba poder inventar una historia y creerla con toda el alma. O tal vez no una historia, puras imágenes sueltas no más. Mis amigas dicen que me emborrache y ahí me voy a soltar. Pero me he emborrachado mucho y todavía no me convence. Es como si tuviera el corazón roto y el alma adormecida. O al revés; el alma rota y el corazón adormecida. Qué milagro se tiene que efectuar para que vuelva la magia que me hacía escribir con ganas, furia y fluidez? Qué Dios tengo que convocar frente a mí para que proceda con las palabras y los actos mágicos? Puta no tengo idea!!! Pero antes yo podía y ahora no y voy a tener que sentarme aquí todos los días hasta que pueda no más. Hay algo más mierda que pensar ¿quién chucha soy yo ahora si antes era tantas cosas? Ahora me siento como una sola. y es tan re fome.

martes, 17 de enero de 2012

Cruces en el desierto

Capítulo 1 - Los espectros del abismo

Desperté a la orilla de un abismo
y a mi alrededor vi
sonidos cayendo del cielo en mil acordes,
los vi reventar contra el desierto
y dispersar rayos feroces.
Había pájaros convertidos en semicírculos
gatos volando en el espacio,
perros y perras 
teniendo sexo aquí y allá,
vi sus orgasmos
y también como se transformaban 
en risas.
Segundos convertían rinocerontes en cascos de barcos
y horas se hacían las tontas en relojes anormales,
pero no vi la sangre
ni los pedazos de roca que arranca el abismo.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Estado enemigo

Y se viene agosto con el pasado en la percha,
el pueblo colapsa y los tiempos revientan.
En invierno se vive la apuesta,
unos nacen y otros despiertan,
es la rabia de la lluvia que el frío calienta.
Se revisan los ancestros y
se aprende en la escuela,
que la tierra gira y gira sin estar revuelta
y que Chile se vende como si estuviera en la feria,
como si fuera basura de la abuela.
Salen unos, entran otros y algunos dirán
que nuestro problema es generacional
pero no quiero esperar cincuenta años para ver si pasa algo
a ver si a algún político se le cumple un mango.
Es que en toda América se cuecen las papas,
algunos se queman y otros la sacan barata.
Es que en toda América se sirve lo mismo,
unos se compran los votos y otros los sacan del partido.
A luchar,
porque esta es nuestra la historia,
a luchar,
que nos quedamos sin memoria,
a luchar,
porque no quiero ver pasar el tiempo
sin educación gratuita ni un momento.
A luchar,
porque esta es nuestra la historia,
a luchar,
que nos quedamos sin memoria,
a luchar,
porque no quiero ver pasar el tiempo
sin educación gratuita ni un momento.
Hay que defender
si ellos no defienden,
hay que responder
si ellos se dan con los dientes,
contra la burocracia y la demagogia
mientras al mapuche les zumban las lacrimógenas.
Hay que defender la tierra
de los que la regalan
de los que tiran los ríos
como si fueran pasas
y dejan poblas enteras
sin ninguna haba
mientras a la Barrick Gold
se le llenan las arcas.
Hay que defenderse de los que venden nuestros derechos,
de los que nos quieren hacer comprar el intelecto,
como si fuera fácil y como si fuera bueno
tener en el siglo veintiuno a los niños sin deletreo.
Ustedes son enemigos
si no nos defienden,
ustedes son enemigos
si a nosotros nos venden,
ustedes, gobierno, son nuestros enemigos
si al extranjero le chupan el pico.

lunes, 4 de julio de 2011

Libertad: Presente!

Hace tiempo que no me puedo fumar un porro en paz: las influencias de mi subconciente alterado transforman el placer volátil en la paranoia misma. Como una ola que revienta sobre si misma infinitamente, me cuestiono y me cuestiono hasta que termino en a) enojada con mi Renato por x razón, b) interrupción momentánea de mi capacidad del habla, o c) contándole mis problemas a todo el mundo. Yo, que me jacto de ser una persona consciente de lo que hace y dice, sé que nadie quiere en realidad escuchar ese rollo (excepto el Nato, que por eso nos queremos tanto) y aún así me desvivo intentando encontrar la razón para tal incomodidad interior. No tuve que hacer un gran esfuerzo, mi Nato maravilloso y mi amigo vegetal verde me lo mostraron apuntándolo con el dedo: Estoy aterrorizada ante la pronta libertad que viene con el fin de la vida universitaria.

Soy libre y me cago de miedo. Después de años de dar cátedra sobre la importancia de la libertad, escudándome en las obligaciones cotidianas para no escribir y dedicándome más a vivir y vivir que a vivir y escribir, me llegó la hora de hacerme responsable de mi propia vida, de crearme, que es en definitiva, ser libre. Me cago de miedo porque ahora no tengo escudos y me toca enfrentarme a mis ambiciones, hacerlas realidad, y depende de mi y no puedo culpar a nadie por nada. Sólo a mi. Es la libertad y también la adultez. ¿Qué es ser adulto? Me lo he preguntado un millón de veces, sobre todo cuando alguien ha apuntado que soy una pendeja. Ser pendeja me ha hecho feliz y no he cambiado eso, porque sigo siendo feliz, pero ahora quedo en pelotas ante las posibilidades de la vida y tiemblo.

La vida universitaria fue mi escudo. Encerré ahí mi voluntad y mi libertad porque era una como excusa para no hacer lo que en verdad quiero/debo hacer. Era la coartada de la rutina y la inconsciencia voluntaria para quedarme dentro de la comodidad de mi jaula. La puerta siempre estuvo abierta, pero aquí hay alpiste, agua y abrigo, no me falta nada. Ahora se hace presente un sueño que tuve hace unos años: volaba sobre un bosque tupido de pinos hacia una nube negra y cargada de lluvia. No tenía voluntad sobre mi vuelo y el viento me llevaba. Tenía mucho miedo y quería agarrarme de las ramas y las copas de los árboles, pero el mismo viento las doblaba. Una vez cerca, sentí la excitación y la alegría de saber que hay más allá de la nube negra y cargada de lluvia. Iba a sentir frío y me iba a mojar, pero la aventura estaba ahí mismo y la excitación me hizo preguntarme ¿qué hay más allá?. Ahora estoy a un paso de ese vuelo y el viento vuelve a bendecirme y yo vuelvo a morirme de miedo. Recuerdo las clases de filosofía con el cura del colegio (el único cura que he respetado) y que decía "la libertad viene acompañada de responsabilidades más fuertes que las que acompañan la rutina" y es tan cierto, tan cierto.

Los bueno es que, de alguna forma, me siento lista para esto. Dos semanas más y vida, soy toda tuya.

Nota personal: bajar el consumo de yerba hasta que me sienta bien otra vez. Iniciar la dieta de desintoxicación, que bien me haría. Decirle al Nato que lo amo todos los días.

domingo, 19 de junio de 2011

La necedad de vivir sin tener precio

Porque estamos peleando y no nos cansaremos hasta obtener al última gota de lo que queremos. Tomarnos el jugo, vivirlo nosotros, o sea, estar vivos para que nuestros hijos lo tengan. Ser la revolución, encarnarla en cuerpo y alma. Es importante construirse, es lo más importante.
Les amo a todos a pesar de todo.

martes, 14 de junio de 2011

Te quedas sola

¿Cuántas veces tengo que darte la mano para que te levantes? Me hace mal que no tengo ganas, me hace mal que te miro y eres mi hija, te miro y eres el ser desvalido ¿Quién estuvo contigo cuando yo todavía no era? ¿No pesaba en tu útero el cansancio de esta mano que te levanta? Todos estamos en la misma mierda, todos, si no te amara no lo haría. Soy el ser que ama y que no puede más y que se espanta y huye pero tú ahí, con los ojos puestos en un vacío de nada y me señalas como reflejo cósmico de tus súplicas; me miras luego y no hay forma de evadir la gran nada que te llena.
-Algún día no voy a estar -digo, pero no lo crees, no me crees nada. Dudo entonces y te daño, dudo entonces y no existes, eres el agua que sale de las grietas llenas de espanto, de rodillas frente a mi y yo, tu hija.

reiki1

Es como si tuviera fuego en las palmas de las manos, como ojos, como fibras de nervios que unen las palmas con la piel del otro, finos hilos de luz. Son las luces del cosmos, que vienen, se precipitan, chocan, colapsan, se confunden y se nublan de las bellezas que no somos capaces de ver, para que el cuerpo del otro y el mío las absorban. A veces es mucho, a veces muy poco, siempre depende de la luz.