lunes, 6 de mayo de 2013

Siete de mayo de dos mil trece.

He leído El abismo y simplemente no le puedo encontrar el alma, porque yo no puedo encontrar mi alma. Ha pasado mucho tiempo, me he dejado estar y simplemente ya casi no encuentro razones para intentar conseguir la estupidez de una publicación, del reconocimiento público, del orgullo y las ganas de seguir creando. Si miro hacia atrás, tampoco logro acordarme cuándo cambió todo esto, cuándo dejé de ser creativa, cuándo me convertí en un hombre, cómo me alejé tanto de mi sensibilidad, cómo dejé de crear imágenes estúpidamente oníricas, con esa potencia que para mí significaba poder inventar una historia y creerla con toda el alma. O tal vez no una historia, puras imágenes sueltas no más. Mis amigas dicen que me emborrache y ahí me voy a soltar. Pero me he emborrachado mucho y todavía no me convence. Es como si tuviera el corazón roto y el alma adormecida. O al revés; el alma rota y el corazón adormecida. Qué milagro se tiene que efectuar para que vuelva la magia que me hacía escribir con ganas, furia y fluidez? Qué Dios tengo que convocar frente a mí para que proceda con las palabras y los actos mágicos? Puta no tengo idea!!! Pero antes yo podía y ahora no y voy a tener que sentarme aquí todos los días hasta que pueda no más. Hay algo más mierda que pensar ¿quién chucha soy yo ahora si antes era tantas cosas? Ahora me siento como una sola. y es tan re fome.

No hay comentarios:

Publicar un comentario